Tenemos derecho a que la privacidad de nuestros datos personales esté protegida, si no, corremos el riesgo de que los ciberdelincuentes los utilicen de forma fraudulenta en actividades ilícitas.
Y no solo los ciberdelincuentes, muchas compañías están interesadas en recopilar nuestra información personal para generar publicidad dirigida, personalizada con nuestros gustos y hábitos o para llevar a cabo estudios estadísticos y elaborar perfiles de consumidores.
¿Cómo funciona la publicidad dirigida?
La publicidad dirigida, como su nombre indica, es un tipo de publicidad orientada a un público objetivo. Tiene en cuenta nuestros intereses y hábitos para ofrecernos productos y servicios que se adecúen a ellos. Esta información la obtienen por distintas vías:
A) A través de las cookies. Al acceder a una web y utilizarlas se puede obtener mucha información de nosotros, como cuánto tiempo hemos pasado en la web, el idioma y otras personalizaciones. Existen muchos tipos de cookies, pero las cookies de terceros pueden presentar una amenaza para nuestra privacidad.
Son utilizadas para crear perfiles de usuarios a partir de nuestros gustos y hábitos de consumo y son explotadas con fines publicitarios.
B) A través del almacenamiento local de tu navegador. Esta información no tiene fecha de caducidad, a no ser que eliminemos el caché de nuestro navegador, y ofrece información sobre nuestro navegador, el historial de búsquedas y actividad en Internet.
Aunque el acceso a estos datos está restringido puede no ser suficiente, por lo que se recomienda eliminar el historial y la caché cada cierto tiempo.
C) A través de las grabaciones de voz de tu dispositivo móvil. Asistentes de voz que se activan al decir “ok Google” en Android u “oye Siri” para iOS, así como aplicaciones a las que permitamos el acceso al micrófono de nuestro dispositivo móvil, podrían hacer uso de las grabaciones y ofrecerte publicidad dirigida según tus gustos y basadas en las consultas realizadas.
¿Cómo podemos prevenirlo?
Nuestra privacidad nos preocupa a todos, y aunque cada vez existen métodos de seguimiento más sofisticados para analizar nuestra actividad online, no estamos desprotegidos. A continuación, se muestran algunos consejos que nos ayudarán a proteger nuestra privacidad:
- No aceptes las cookies de terceros en las páginas web que visites.
- Borra tu historial habitualmente y utiliza la navegación oculta para aumentar el nivel de protección y control que tienes sobre tus datos y tu privacidad.
- Desactiva la geolocalización y evita que los sitios web conozcan tu ubicación.
- Esto puede realizarse desde las opciones avanzadas de tu navegador.
- Accede siempre a sitios seguros “https”. Desconfía de las webs que no tengan el certificado de seguridad y nunca utilices tus datos personales (credenciales, correo electrónico o datos bancarios) en ellas.